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Nueva Ley de Desperdicio Alimentario: obligaciones y cambios para entidades

  • Foto del escritor: Juan José Iglesias
    Juan José Iglesias
  • 26 mar
  • 5 Min. de lectura



El Congreso de los Diputados ha aprobado el 20 de marzo de 2025 la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, un marco normativo que busca reducir la cantidad de alimentos que se descartan en la cadena de producción, distribución y consumo.


Con la entrada en vigor de esta normativa, España se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y con las estrategias de la Unión Europea para minimizar el impacto medioambiental del desperdicio de alimentos. En este  nuevo artículo de Plato Limpio, analizamos en detalle las disposiciones clave de la ley y su impacto en empresas del sector agroalimentario, distribución y hostelería.


Objetivo y alcance de la nueva Ley


La ley tiene como objetivo principal reducir el desperdicio alimentario en toda la cadena de producción y distribución, desde los productores primarios hasta los consumidores finales. Para ello, establece una serie de medidas aplicables a diversos sectores, como la producción agrícola, la transformación de alimentos, la distribución mayorista y minorista, la hostelería y restauración, así como a la Administración pública.

Su alcance es amplio y busca involucrar a todos los actores del sistema alimentario, garantizando que los alimentos sean aprovechados de manera eficiente y reduciendo su impacto en el medio ambiente.


Jerarquía de prioridades para la gestión del excedente alimentario


La nueva normativa establece un orden jerárquico para la gestión de los alimentos con el fin de minimizar su desperdicio. En primer lugar, se prioriza la prevención, promoviendo mejoras en la planificación y almacenamiento para evitar excedentes innecesarios. Si no es posible prevenir el excedente, la ley exige que los alimentos sean donados a bancos de alimentos y entidades sociales para su redistribución.

Cuando los productos no sean aptos para el consumo humano, se recomienda su transformación en otros productos alimentarios o su uso en la industria cosmética. Como última alternativa, los excedentes pueden destinarse a la alimentación animal o al compostaje para su aprovechamiento en la agricultura, asegurando que se reduzca el impacto ambiental generado por los residuos orgánicos.





Su impacto en los centros educativos


La nueva ley de desperdicio alimentario introduce una serie de medidas que impactarán directamente en los comedores escolares, exigiendo la elaboración de planes de prevención para reducir el desperdicio desde la planificación de menús hasta la gestión de las sobras. Además, será obligatorio medir y registrar la cantidad de alimentos desperdiciados, con el fin de evaluar la eficacia de las estrategias implementadas y facilitar posibles inspecciones.


La formación y sensibilización tanto del personal como de los estudiantes serán clave, promoviendo campañas y actividades educativas para fomentar hábitos de consumo responsables. Asimismo, los excedentes de comida aptos para el consumo deberán destinarse prioritariamente a donaciones para fines sociales, o en su defecto, a la alimentación animal o la producción de compost.


Para garantizar el cumplimiento de estas normativas, la ley establece un régimen sancionador con multas que pueden oscilar entre 2.000 y 500.000 euros según la gravedad de la infracción. Por ello, los responsables de los comedores escolares deberán informarse y adoptar las medidas necesarias para ajustarse a la nueva normativa, minimizando riesgos y aprovechando las oportunidades que ofrece en la lucha contra el desperdicio alimentario.





Obligaciones para el sector


Por otra parte, las empresas de la cadena alimentaria deberán cumplir con una serie de nuevas obligaciones para prevenir y reducir el desperdicio alimentario:


1. Planes de prevención del desperdicio alimentario


Todas las empresas estarán obligadas a desarrollar un plan de prevención en el que se establezcan medidas para evitar la generación de residuos alimentarios. Dichos planes deberán incluir:

  • Diagnóstico del volumen de alimentos desperdiciados.

  • Estrategias para la reducción de excedentes.

  • Acciones de formación y sensibilización.


2. Donación de excedentes


Las empresas de distribución, supermercados y el sector HORECA deberán establecer acuerdos con entidades sociales para la donación de alimentos aptos para el consumo humano. La ley estipula que la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria de los productos donados recae en la empresa donante.


3. Información al consumidor y fomento del consumo responsable


El etiquetado de los productos deberá incluir información clara sobre la diferencia entre "fecha de caducidad" y "consumo preferente" para evitar el desperdicio innecesario. Además, los restaurantes estarán obligados a ofrecer a los clientes la posibilidad de llevarse la comida sobrante en envases reutilizables o reciclables.





4. Medidas específicas para el sector HORECA


Los establecimientos de hostelería deberán implementar medidas específicas como:

  • Elaboración de raciones ajustadas al consumo real.

  • Uso de ingredientes de proximidad y de temporada para minimizar excedentes.

  • Facilitación de envases reutilizables para que los clientes puedan llevarse la comida no consumida.


5. Registro y reporte de desperdicios


Las empresas estarán obligadas a registrar el volumen de desperdicio generado y reportarlo anualmente a la Administración Pública. La falta de cumplimiento con esta obligación puede acarrear sanciones económicas.


Régimen sancionador


La ley contempla un sistema de sanciones en caso de incumplimiento:

  • Infracciones leves: No ofrecer envases para llevar alimentos sobrantes o no informar adecuadamente a los consumidores. Multas de hasta 2.000 euros.

  • Infracciones graves: No disponer de un plan de prevención del desperdicio. Multas de hasta 60.000 euros.

  • Infracciones muy graves: No respetar la jerarquía de prioridades establecida o destruir alimentos aptos para el consumo sin causa justificada. Multas de hasta 500.000 euros.


Impacto y oportunidades


Esta ley supone un cambio estructural en la gestión de los excedentes alimentarios y obliga a las empresas a optimizar sus procesos. Sin embargo, también presenta oportunidades:

  • Mejora de la imagen corporativa: Adoptar buenas prácticas frente al desperdicio alimentario mejora la percepción de la empresa ante los consumidores.

  • Reducción de costes: Optimizar la gestión de inventarios reduce pérdidas económicas.

  • Beneficios fiscales: Las donaciones a entidades sociales pueden conllevar deducciones fiscales.

  • Mayor eficiencia operativa: Implementar medidas de prevención mejora la planificación y reduce la generación de residuos.


Un antes y un después en la lucha contra del derroche de comida


La Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario marca un antes y un después en la lucha contra el derroche de comida en España. Las empresas deben adaptarse a estas nuevas regulaciones, lo que implica un esfuerzo en la implementación de estrategias de reducción y redistribución de alimentos. Sin embargo, este cambio normativo no solo es una obligación legal, sino una oportunidad para promover un modelo de negocio más sostenible, eficiente y socialmente responsable.


Plato Limpio trabaja para reducir el desperdicio alimentario mediante la combinación de tecnología y pedagogía, promoviendo hábitos responsables que valoren la comida en comedores escolares y en el hogar. Si deseas más información sobre cómo unirte a esta iniciativa o colaborar con nosotros, puedes ponerte en contacto a través de nuestra web o enviarnos un correo electrónico a info@netopositivo.es.

 

 
 
 

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